
El votante más desafortunado de la historia (o cómo me estrellé elección tras elección)
Aquí yace mi conciencia electoral, sepultada bajo montañas de promesas rotas. Aprendí que en España el voto es como el honor en boca de truhanes: se invoca con fervor y se viola con sigilo. Voté por ideales y recogí escombros. En fin, Dios me libre de certezas, que ya tuve