LENGUAJE Y FLEXIBILIDAD CONDUCTUAL o COMO SOBREVIVIR AL SIGLO XXI

Un buen artículo de un especialista en PNL, una materia de estudio llena de técnicas cada vez mas necesarios y recomendables para relacionarte y comprender mejor la sociedad en la que vivimos.

PNL Y PROGRAMACION NEUROLINGUISTICA EN LA NETOCRACIA

«En el siglo pasado hubieron más cambios que durante los mil años anteriores. Y los que ocurrirán en el nuevo siglo harán que los del siglo pasado apenas sean perceptibles». Lo dijo H.G. Wells en una conferencia pronunciada en 1902: se refería, pues, al siglo XIX, y al siglo XX. H.G.Wells estaba hablando de cambios exponenciales. En estos cambios ya deja de ser importante la velocidad del mismo cambio, y pasa a serlo la velocidad de cambio de la propia velocidad, es decir la aceleración.

Esto, lejos de ser solo un tópico es un hecho totalmente comprobable y del que todos, en mayor o menor medida somos conscientes.

La información que puede transmitir el New York Times en un semana es más que la que podia recibir una persona del s.XVIII en toda su vida. Se estima que cada año se generan 1,5 exabytes (1,5x10e18) de nueva información, más que la generada en los últimos 5000 años. La cantidad de información técnica se duplica cada año. Para un ingeniero esto quiere decir, que la mitad de lo que va a estudiar el primer año de carrera, estará obsoleto para el tercer año.

Estos hechos nos plantean ciertas preguntas importantes: ¿Estamos preparados para afrontar estos desafíos? ¿Si nuestro alrededor cambia a este ritmo, lo estamos haciendo nosotros? ¿Tenemos las herramientas necesarias para afrontar estas nuevas situaciones?

Las implicaciones de estas preguntas trascienden el ámbito estrictamente personal, ya no se trata de cómo vas a encajar tú como individuo en una sociedad de estas características, sino como empresas y organizaciones lo van a hacer. Si la cantidad de información evoluciona exponencialmente, ¿Qué sentido tiene querer almacenar algo que va a obsolescer casi inmediatamente?

Parece que la respuesta obvia es la de adquirir herramientas para poder buscar esa información cuando se necesita, pero ¿y si las herramientas también evolucionan y cambian a gran velocidad?

En este caso, y como proponía el antropólogo Gregory Bateson, uno de los padres de la cibernética, es necesario trascender el nivel lógico del simple aprendizaje y aprender a aprender, y quizás buscar nuevas estrategias para mejorar el aprendizaje de aprender, es decir aprender a aprender a aprender. Si no evolucionas tu modo de aprender, simplemente perderás el tren del futuro.

La buena noticia, es que esas nuevas habilidades o metahabilidades, pueden ser aprendidas, y lo que es mucho más reconfortante, de manera indirecta. Una de esas vías de aprendizaje, es a través del uso del lenguaje. Por un lado, te permite desarrollar herramientas adaptativas y precisas para relacionarte con tu entorno y a la vez, consigues flexibilizar tu mente.

De hecho, no es una coincidencia que a través del lenguaje se puedan mejorar nuestros procesos cognitivos. La relación entre el lenguaje y sus efectos sobre la neurología llevan siendo estudiados desde las primeras teorías sobre gramática transformacional de los años 50.

En los últimos 50 años se ha estudiado profundamente el efecto de la estructura del lenguaje y su contenido sobre los
procesos mentales. De hecho, lo que proponemos con la utilización de patrones de lenguaje, es que del mismo modo que
ciertas palabras te provocan unos efectos muy determinados dentro de ti, utilices la estructura del lenguaje para provocar esos efectos en los demás.

Los gramáticos transformacionales, ya teorizaban sobre que nuestro lenguaje es el reflejo de nuestros procesos mentales, por lo que, a través de la observación atenta de cómo tus interlocutores estructuran su lenguaje, te va a permitir saber más de cómo piensan.

Esta información, la de los procesos mentales, permite poder estructurar tu lenguaje de manera que encajen más eficientemente, con los de tu interlocutor. De algún modo, y si se nos permite la analogía, es como si cada uno de nosotros, utilizara un idioma propio para comunicarse con él mismo y con su entorno, bastante parecido al de los demás pero a la vez, lo suficientemente diferente, para que se produzcan problemas de comunicación y malinterpretaciones. Si tu interlocutor habla francés y tu ruso, y tu puedes identificarlo y cambiar tu idioma al francés, te será notoriamente más eficiente transmitir tu información.

Un efecto interesante de esta mejora de la comunicación, es un efecto natural de aumento de la confianza del interlocutor, es como si el hecho de encontrar a alguien que hablara su idioma le creara cierta simpatía, especialmente, si consideramos que nuestro “idioma mental” es único.

Pero, ¿como se pueden reconocer y utilizar los patrones de palabra? Los patrones de palabra se basan en modelos de cómo estructura la información nuestro cerebro. Como modelos, su validez está en función de su utilidad, además son utilizados como base para generar aplicaciones del mismo modo que un ingeniero utiliza los modelos que describen la electricidad para generar cualquier tipo de tecnología derivada.

Nuestra manera de procesar información, en muchos casos, se basa en la utilización de patrones lógico-matemáticos, que le dan sentido a la realidad que percibimos, y que posteriormente son traducidos en forma de lenguaje.

Identificar estos patrones lógico-matemáticos en el lenguaje de los demás, no es más difícil que el hecho de tomar consciencia de ellos y de su funcionamiento y te permiten, de manera muy eficaz comunicarte con los demás de manera mucho más eficiente, consiguiendo transmitir con más claridad tus mensajes y por ejemplo, poder ser más persuasivo. A la vez, el poder cambiar tu idioma mental, para adaptarlo al del tu interlocutor, te produce el efecto de flexibilización conductual de la que hablamos anteriormente

En nuestra sociedad, la persuasión es una herramienta utilizada en todos los contextos, desde el niño que quiere persuadir a su madre para que lo deje jugar con sus amigos, la madre que quiere que se coma la merienda, a los más altos ejecutivos cerrando contratos multimillonarios y persuadiendo que su opción es la más adecuada, pasando por el trabajador que está pidiendo un aumento de sueldo o el amigo que nos persuade de leer el último best-seller. Si este proceso se puede encontrar de forma natural en nuestra sociedad, es solo cuestión de tener las herramientas adecuadas para convertirlo en una maestría, que nos permita además adaptarnos a los tiempos que vienen de forma eficaz.

La persuasión, es solo una de las muchas herramientas que a partir del lenguaje, podemos desarrollar para cumplir con una doble función: el de mejorar nuestras habilidades para interrelacionarnos mejor con los demás y con nosotros mismos, y al mismo tiempo desarrollar esta nueva habilidad de aprender a aprender, que en este nuevo siglo, resulta indispensable para poder no solo sobrevivir sino para poder vivirlo plenamente.

Xavi Pirla xavi.pirla @ talentinstitut.com
Irina Pirla

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